THOUSANDS OF FREE BLOGGER TEMPLATES

jueves, 23 de septiembre de 2010

Musicoterapia

     La acción de la música es una eficaz terapia que actúa sobre el sistema nervioso y en las crisis emocionales, aumentando o disminuyendo las secreciones glandulares, activando (o disminuyendo) la circulación de la sangre y, por consiguiente, regulando la tensión arterial.
La música influye en nuestra mente y en nuestro organismo mediante la creación de emociones. Cualquier pieza musical puede influir ya sea de manera negativa o positiva, tanto puede causarnos depresión, angustia, estrés, ansiedad o ira, como puede relajarnos, causarnos alegría o equilibrio psíquico.
No hace falta saber de música para saber como influye cualquier pieza en nuestro organismo, basta con sentir que tipo de emociones despierta en nosotros. Las emociones negativas liberan sustancias químicas en nuestro organismo que obstaculizan su funcionamiento, las emociones positivas liberan sustancias positivas que colaboran a su buen funcionamiento.

La música actúa dentro de nosotros, de nuestra mente por medio de vibraciones naturales que participan en cualquier tipo de materia. En este caso, estas vibraciones se filtran en nuestra mente y a su vez ésta envía la orden a afectando a nuestro organismo.
De esta manera, tenemos que la música puede curar daños como desequilibrios nerviosos, influye sobre el corazón y los pulmones, y más allá de cualquier enfermedad, también actúa positivamente sobre casos de alcoholismo, tabaquismo, drogas y hasta la prevención de suicidios.
La música posee las cualidades de una droga, positivamente hablando, ya que tiene la capacidad de estimular o reprimir funciones del organismo. Al mismo tiempo, la música dispone de un tipo de lenguaje que es imposible convertir en palabras. Es un lenguaje único que solamente se puede interpretar por medio de la energía y la vibración, si nosotros no tenemos este conocimiento en conciencia, nuestra mente y nuestro cuerpo si, nuestro espíritu también, así que basta una pieza musical para que mente, cuerpo y espíritu actúen solos.
Por eso, más allá del misticismo y la espiritualidad, se encuentra la ciencia, la cual a adoptado a la música como una forma de curación en los tratamientos de psicoterapia moderna.
 
Los cuatro tratamientos más utilizados en la terapéutica musical son:
La audición pasiva
La audición activa
La interpretación
La labor creadora
El principal valor terapéutico de la musicoterapia reside en su influencia sobre las distintas emociones. También ejerce efectos sobre el metabolismo, la presión el pulso y el volumen sanguíneo, la energía muscular, la respiración y las secreciones internas.
La terapia musical puede utilizarse para despertar la atención y prolongar la duración de la misma, así como para estimular las facultades de asociación y la potencia imaginativa.
También es excelente para producir escapes socialmente aceptables, asimismo, influye en la persona estimulando la confianza en sí misma
La música añade ayuda a superar depresiones psíquicas, aliviar el insomnio y la tensión nerviosa y sobre todo, desvía la atención del paciente a disminuir su angustia.

La música nos permite despertar el sentido de unidad, de integración social, ayudándonos a comprender y aceptar las ideas ajenas.
Pero la música es mucho más que una terapia, la música consigue lo que difícilmente se consigue por medio directo de la ciencia o las religiones, la música eleva el nivel emocional de la mente humana, proyectándola al infinito.
Este tipo de terapia también tiene sus limitaciones, y no hay reglas establecidas, es decir, una pieza musical que puede ser de beneficio para una persona, puede ser perjudicial para otra.
La terapia musical no tiene efectos secundarios si se aplica profesionalmente dentro de la medicina.

Antes de iniciar con nuestra sesión de musicoterapia, es necesario que el cuerpo tenga esta disposición, es decir, tenemos que alcanzar un cierto nivel de relajación.
En este proceso, la respiración juega un papel muy importante, a continuación describiremos la forma correcta de respirar.
Una vez terminado todo el proceso de relajación, procederemos a comprobar que todo nuestro cuerpo esté verdaderamente relajado haciendo otras 10 respiraciones más, largas y profundas, llenando completamente los pulmones de aire, haz una pausa de 5 minutos y procurando que nuestra mente permanezca en blanco.